jueves, 2 de septiembre de 2010

Sonata del ausente

Cuando me aborde la muerte con su afán de niño
le entregaré primero los pies

no vaya a ser que a través del camino, amada,
te llegue mi último latido también.

Quixote de la avenida

¿Acaso has sentido tú, Sancho amigo,
tanta noche refugiarse en ojo humano,
terrible tristeza venida de golpe
cual bella bandada de pájaros atroces,
leve arrullo de infinitesimal soledad?