Este niño que voy gestando
hace más de un cuarto
de siglo
crece y se asoma a mis ojos
y sus juguetes a veces me atragantan
y su vino blanco inunda mis sienes.
Este niño como una suma de palabras
una agonía inevitable
una larga pausa
una fiesta en la sangre
desea nacer
pero - Dios mío- ¡no sé romper fuente!
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